Historias que inspiran: cuando la noche dejó de ser batalla
María tardaba horas en dormir. Probó tres minutos de respiración y gratitud, doce noches seguidas. Resultado: se dormía antes de terminar el conteo. Su mensaje: “no es perfecto, pero funciona siempre”.
Historias que inspiran: cuando la noche dejó de ser batalla
Carlos corría maratones y aun así amanecía cansado. Sumó meditación nasal suave tras estiramientos. Dice que ahora sueña con colores más vivos y despierta ligero. Le animamos: comparte tu ritmo, inspira a alguien.